FRANJA DE GAZA, Territorios Palestinos.- Israel bombardeó Gaza, al día siguiente de que el primer ministro Benjamin Netanyahu afirmara que la fase “intensa” de la guerra contra Hamas está por terminar en Rafah, en el sur del devastado territorio palestino.
Netanyahu hizo estas declaraciones en una entrevista, la primera a medios locales desde el inicio de la guerra contra el movimiento islamista palestino Hamas el 7 de octubre. Allí dijo que la fase actual de combates está terminando y que prepara el escenario para que Israel envíe más tropas a su frontera norte para confrontar al grupo militante libanés Hezbollah, lo que podría abrir un nuevo frente de guerra. Pero, matizó, esto “no significa que la guerra esté por terminar, sino que la guerra en su fase intensa está por terminar en Rafah”.
Los comentarios amenazan con aumentar aún más la tensión entre Israel y Hezbollah en un momento en que parecen acercarse a la guerra. “Tendremos la posibilidad de trasladar a algunas de nuestras fuerzas al norte, y eso haremos”, dijo al Canal 14 de Israel -un medio que le es favorable-, en una entrevista que frecuentemente fue interrumpida por aplausos de la audiencia en el estudio. “Antes que nada, como defensa”, agregó, pero también para permitir que decenas de miles de israelíes desplazados regresen a casa.
Los soldados israelíes lanzaron a inicios de mayo una ofensiva terrestre en Rafah, situada en el extremo sur de la Franja de Gaza y donde decenas de miles de palestinos se habían refugiado de los combates librados en otras zonas del territorio.
La localidad fue blanco ayer de disparos de artillería. También se registraron bombardeos en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro, y en el barrio Zeitun de Ciudad de Gaza, en el norte, donde hubo combates. “Ya no hay agua ni comida. Estamos totalmente atrapados”, relató Haitham Abu Taha, un palestino que regresó a Rafah.
Netanyahu, que enfrenta crecientes presiones internas y externas, gobierna al frente de una coalición de partidos de derecha y ultraderecha. Su postura sobre qué hará con la posguerra en Gaza es que Israel mantendrá el control militar.
Afirmó, ante el Parlamento, que está “comprometido con la propuesta israelí” que fue aprobada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para un cese el fuego, pero que su país no va a poner fin a la guerra hasta que no haya eliminado a Hamas, lo que pone en duda la viabilidad de la propuesta respaldada por EEUU.
El plan expuesto a finales de mayo por Biden, que presentó como una iniciativa israelí, prevé un alto el fuego de seis semanas acompañado de una retirada israelí de las zonas densamente pobladas de Gaza y la liberación de algunos rehenes, a cambio de palestinos presos en Israel.
Gran revuelo
Estos comentarios provocaron un gran revuelo entre las familias de los rehenes retenidos por Hamas. En la entrevista transmitida el domingo por la noche dijo que estaba preparado para hacer un acuerdo parcial “que nos devolverá a algunas de las personas”, refiriéndose a los aproximadamente 120 rehenes aún retenidos en la Franja de Gaza. “Pero estamos comprometidos a continuar la guerra después de una pausa, para completar el objetivo de eliminar a Hamas. No estoy dispuesto a renunciar a eso”.
Hamas, que gobierna el estrecho territorio desde 2007, insistió que cualquier acuerdo para una tregua debe incluir “un cese el fuego permanente y una retirada completa” de las tropas israelíes de Gaza, algo que Israel rechaza.
El conflicto estalló cuando comandos de Hamas irrumpieron en el sur de Israel y mataron a 1.195 personas, la mayoría civiles. También secuestraron a 251 rehenes, de los que 116 siguen retenidos en Gaza, y entre los cuales 42 habrían fallecido, según el ejército israelí. En respuesta, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre en Gaza, que ya ha dejado 37.626 muertos, sobre todo civiles, según el Ministerio de Salud del territorio.